26 de junio de 2012

Cuento Chino

Nada apuntaba a que fuera otra jornada tot menos apurarse, se suceden unos cuantos repechos matones que afortunadamente la vuelta al asfalto suaviza y un descenso que valgame la pena recordar a 75km/h dan un poco de alas hasta dar con el primer control con dos jóvenes militares que probaron suerte para quedarse algo de nuestro equipo.

Cola de camiones a las puertas de la frontera, pero ¿que frontera? aquí viene la sorpresa, la aduana se había desplazado 142km hacia el interior del país y siendo ya tarde debemos pasar la noche en las limitaciones del control para al día siguiente subir a un camión que nos hará llegar a destino programado por la policía aduanera.



He nos en tierra de nadie, comiendo como animales para matar el nervio en una zona que parece de postguerra. Perros abandonados, basura por todas partes y por lavabos tan solo orificios en el suelo con un depósito que en ocasiones rebosa peligrosamente la distancia de seguridad. Una mosca cocida en el té, la carne cruda secando en la habitación.
Con empeño se evita que las monturas duerman a la intemperie en esta zona de mercado negro y trafico ilegal. Sarajevo del 92 añade Marcos. Mañana subimos a dos camiones y sabemos poco de lo que sucederá después...entre tanto el compañero Marcos visita un "market" para abastecer al regimiento de cerveza en un cuchitril de cinco literas que refugia las bicis y dos vidas sin pasaporte.

En la habitación ambigua con la cocina, varios vagabundos de la carretera beben Vodka tal que agua, su estado ya avanzado en alcoholismo interrumpe a Marcos en una de las visitas al mercado para intercambiar algunas palabras en Ruso donde Marcos apacigua sus curiosidades con un par de bromas.
-Quien sabe si mañana compartimos cabina con alguno de estos borrachos, menciona Marcos a posterior.

Por aquí es raro ver a dos turistas barbudos y menos en bicicleta, la flota que amenaza a las puertas de la frontera se basa en puro container sobre ruedas en dirección China por un camino no asfaltado del cual se dice es infernal. Uno de los principales motivos de nuestra retención es no poder cubrir esa distancia de 142km que perfectamente se podría ciclar si no fuese por el detalle de cuñar el pasaporte.

Cerveza Sinkiang y a esperar si hacen algo de cenar, en efecto, caldo con patata y un plato con dos grandes pedazos de carne, la misma que anteriormente se encontraba al lado de la ventana macerandose... quiero ser vegetariano.

26 de Junio

Subimos en diferentes camiones sobre las 9h, los 140km más duros sobre un vehículo que jamas pueda recordar. El camino en obras con múltiples irregularidades y el chofer pisando a muerte durante tres horas y media con la bici dando saltos en el container vacío sin ningún tipo de fijación. Rezo mis plegarias y suena Mother Loui the Modern Talking para llevarme de vuelta a los 80 en una loca aventura sobre ruedas.

Degenerando en remixes estridentes en la radio de mi piloto, alcanzamos la frontera sobre la hora de comer de los chinos. Atentos bajamos las bicis de los camiones indispuestos a permanecer en cola, llueve y tres Tayicos nos invitan a refugiarnos en la cabina de su camión el cual parece un home stay con suelo de moqueta y utensilios de cocina.

Scanner, check in y bienvenidos a China, rotos como habiendo pedaleado 142km.

Aquí un video de la única parada para ir al aseo. ¡No se me entiende nada de lo mareado que voy!



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